EL FINAL DE UNA ÉPOCA VIVIDA Y LA ESPERANZA DE UN FUTURO MEJOR.
Del pasado tenemos que quedarnos solo con los aprendizajes positivos, limpiando los de baja vibración; y al futuro tenemos que entrar con la más alta vibración posible para poder continuar nuestro camino de evolución y aprovecharlo al máximo.
Estas dos ideas de “limpieza del pasado” y “elevación para futuro” se consiguen con una ceremonia muy sencilla de celebrar.
Materiales:
Una piedrita de Turmalina negra. (Si no la consiguen puede servir un cuarzo turmalinado. Tratar que no sea de las que vienen montadas en metal).
Uno o dos palitos de incienso de Sándalo.
Uno o dos palitos de Mirra
Procedimiento:
Llevar una piedrita de turmalina negra con ustedes. Si la tienen puede tomarla uno o dos días antes del 31. Para mayor efectividad llevarla pegada a la piel, no en las carteras o bolsillos. La turmalina negra es valorada por su potencia como escudo en contra de las energías que pueden ser negativas, siendo conocida además por sus condiciones para favorecer el crecimiento espiritual.
No separarse de ella durante la transición del 31 diciembre al 1 de enero. Que reciba el año con ustedes.
Entre 3 o 4 horas antes de la media noche del 31 de diciembre, encender un incienso de Sándalo para limpiar el lugar. Este incienso proviene de un noble árbol que según la tradición perfuma el hacha que lo corta. Lo usaremos en este ritual para atraer protección, sanación. Buena suerte, calmar el espíritu, estimular físicamente y proporcionar mayor energía y vitalidad.
Luego de la media noche y del saludo de fin de año, encender el incienso de Mirra que calma los miedos, resuelve el futuro y atrae protección. Esto va a elevar las vibraciones para el nuevo año y hará que sea el más productivo que puedan tener.
Cada persona que está con ustedes puede llevar una piedrita de turmalina y aprovechar el mismo incienso que se coloca en el área.
Que lo aprovechen y Feliz Año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario